Fëarincë no reacciona

Carnaval carnavaaaaal... la fiesta en la Casa de Valencia ha sido un éxito, la cantidad de alcohol ingerida también, especialmente en esos momentos en los que a la tímida y reservada (por llamarla de alguna manera) Fëarincë le daba por bailar como si estuviera arrasando Alqualonde.

Sum sum sum, sususum sum... y decía que le gustaba como se movían las Miami Sound Machine... ahora que la veo bailar puedo irme a mi cuarto a llorar, como dice Celeb, a ver mañana si nos podemos calzar las botas. Con los trajes de gala y divinas de la muerte (que yo de esta última sé un rato) y con el vaso de cubata y la cerveza (en el caso de Mari Jose) aquello restaba glamour a la imagen, y eso de llamarlos disfraces, lo dejaba bajo mínimos.

Las migas estaban de muerte (he de decirlo, aunque no sé si estará de acuerdo conmigo, digo el abuelo, claro) y también el arroz, y de las manzanas con chocolate que ha llevado la feanoriana no han dejado ni el caldo amargo del cacao. Vamos, que la cena estaba para rebañar. Luego la sesión del juego de las sillas donde a falta de eliminarme la primera me quedé hasta que un preso con traje a rayas fue mas rápido que yo. No se me dan bien los juegos de sociedad, ya se sabe, dos edades trabajando para Sauron a una la vuelven muy antisocial.

Y entonces llega la feanoriana y lo revoluciona todo, ella, y EL POLLO. Menudo espectáculo que era el pollo (qué hombre tan simpático), bailando y saltando como si acabara de descubrir que era algo muy divertido. No pude evitar acordarme de Sweety (el pollito de los anuncios de Vodafone en internet):

"I may be small,
I may be sweet,
but baby I know how to move my feet.
When I start to feel the beat
I just gotta move my feet
and it makes me wanna tweet
tweet tweet tweet tweet tweet"

Surrealista, muy surrealista, que se mezcle todo esto y añadamos el caldo de pollo precocinado que me estoy bebiendo, que está muy bueno, claro. Y que tengo sueño, y que voy a dormir como un ceporro y seguiré haciéndolo por la tarde, que para eso no trabajamos en domingo (y prefiero no empezar a hablar de trabajo porque me pongo hecha una furia) tanto estar con fëanorianos no puede ser bueno para mis úlceras.