Filosofando acerca un post de Quoth

Hoy he leído un post de Quoth que me ha dejado impresionada (en el sentido literal de la palabra). El hecho de que intentes consolar a un amigo que está deseando que le llegue la muerte (hablando en plata, que intenta suicidarse) me hace pensar en lo que yo he vivido, y desde mi punto de vista Quoth tiene toda la razón. ¿En realidad merece la pena tirar toda una vida por la borda por un suceso del que puedes (y es seguro que lo harás) salir más o menos airoso?

Quoth ponía el ejemplo de Forrest Gump acerca de que la vida es como una caja de bombones; yo personalmente, me confieso golosa y curiosa, dos cualidades que me hacen abrir la caja cada día con ganas de saber qué va a tocar, a pesar de que sé que igual el sabor de alguno no me gusta.

Y es cierto, todos en alguna ocasión hemos comprobado que la vida te da una de arena y otra de cal, y cuando pienso en lo que muchos han estado, están o estarán a punto de hacer quitándose la vida también imagino que no se acuerdan, cegados por sus pesares, de lo bueno que les han dejado sus vivencias, y de lo adictivo que es pensar en que la vida aún te reserva muchas cosas como esas que han quedado, y que están por venir igual a la vuelta de la esquina, en el banco del parque, en esa cena que está pendiente este viernes, en los compañeros, la familia o los amigos. Y nunca se sabe, tampoco, cuando la vida nos sorprenderá con el amor de alguien.

Y por eso yo no estoy dispuesta a perderme todas esas cosas que están por venir, a pesar de todas las tempestades que puedan venírseme encima. Porque si algo tengo claro es que todo tiene solución, menos la muerte. Así que de momento, que se espere que tengo cuerda para rato.