Hablando en plata

Ha llegado un momento en que he explotado. Han pasado demasiadas cosas por una parte y por otras, absolutamente nada. Y es que mi vida son extremos, por más que yo quiera equilibrarlos siempre al final se me van de las manos.

Y respecto a mis vivencias en el campo sentimental no admito gilipolleces. Me he cansado de escucharlas estos últimos días y además sin motivos. Y es que va ser que encima de cornudos, apaleados. No toleraré insultos, difamaciones ni afirmaciones categóricas acerca de este tema. Y si ya está mal que alguien que no me conoce apenas me juzgue a mi o a mis circunstancias, peor aún y más doloroso resulta que lo haga alguien que conoce más que de sobra el percal y SABE QUE NO ES ASÍ. Por desgracia los arrebatos nos pueden dar a todos y comprendo hasta cierto punto la reacción, pero para mí, lo siento pero los celos no tienen excusa alguna, ni falta de atención ni amistad ni niguna otra. Los celos sólo son falta de confianza, en el otro y posiblemente en sí mismo, y una persona madura y responsable no debería tenerlos. Y yo creía que las personas que había a mi alrededor lo eran.

Respecto a ese incidente, no volveré a comentar nada. Es que ni me apetece ni creo que haga falta revolver más la mierda, que cuanto más se revuelve más huele.

Es que en esta vida, no se pueden tener buenas intenciones porque viene alguien a quien respetas y quieres y te da por el culo.