Llegadas
Susan se acercó a las grandes puertas de madera labrada y cogiendo con decisión la aldaba, llamó. Un balrogbedel se quedó mirándola y le dijo que no se admitían animales. Susan se dio cuenta que el pequeño roedor esquelético que llevaba a su hombro estaba diciendo algo, probablemente grosero, pero se negó a pensar el qué.
-Disculpe, pero vengo a ver al Dr. Eleder, catedrático de Quenya. Tenía una cita aquí, pero como no conozco el campus no sé donde dirigirme.
Atentamente, el balrogbedel le indicó como llegar hasta el despacho.
Cuando Susan llegó a la puerta, el Dr. Eleder se disponía a "cerrar el chiringuito", como decimos por Ankh: terminar la jornada laboral. El profesor se dio la vuelta y saludó a Susan efusivamente. Le preguntó por el viaje y por el traslado, y si todo había ido correctamente. Mientras hacía todo esto, no podía dejar de mirar a la rata-esqueleto que tenía Susan sobre su hombro: roía una avellana con fruición mientras decía IIIIIK!
-Espero que estés cómoda entre nosotros... ¿has pensado en matricularte en la UAN?
-Sí que lo había pensado, la verdad es que me gusta el ambiente universitario que se respira en este campus. Mucho más que en la Universidad Invisible -(principalmente porque no dejan entrar mujeres, por lo menos mujeres que se vean, Susan se las apañaba para atravesar paredes y hacerse invisible, a pesar de que el mago de la silla de al lado sentía frío y un miedo tremendo, pero se resisitía a averiguar porqué... habilidades de familia, ya se sabe).
-Lo sé, pero... ¿cómo es que ha venido sola? -El Dr. Eleder se dio cuenta de que estaba anocheciendo, y pensó en lo peor...- lo digo porque sabiendo lo ocupado que iba a estar, y más siendo época de exámenes, envié a un compañero a buscarte a la estación...
-¿Envió alguien a buscarme? no ví a nadie.
-Pues Zagar estaba allí esperando, puntual como un reloj para acompañarte al campus. No lo entiendo.
Mientras, en algún lugar de la estación de tren de Nueva Númenor...
-Oiga, que vamos a cerrar -dijo secamente un conserje miuentras barría los restos de papeles y vaciaba las papeleras de latas de orcocola vacías- ¿está seguro de que la persona que espera venía hoy?
-Sí, -contestó el muchacho que sostenía aún el cartel que rezaba "SUSAN STO HELIT"- no entiendo por donde ha podido irse sin que nos viéramos teniendo en cuenta que el tren desde Anhk Morpork para unicamente en esta vía.
Las habilidades genéticas son imprevisibles... o invisibles, en este caso.
-Disculpe, pero vengo a ver al Dr. Eleder, catedrático de Quenya. Tenía una cita aquí, pero como no conozco el campus no sé donde dirigirme.
Atentamente, el balrogbedel le indicó como llegar hasta el despacho.
Cuando Susan llegó a la puerta, el Dr. Eleder se disponía a "cerrar el chiringuito", como decimos por Ankh: terminar la jornada laboral. El profesor se dio la vuelta y saludó a Susan efusivamente. Le preguntó por el viaje y por el traslado, y si todo había ido correctamente. Mientras hacía todo esto, no podía dejar de mirar a la rata-esqueleto que tenía Susan sobre su hombro: roía una avellana con fruición mientras decía IIIIIK!
-Espero que estés cómoda entre nosotros... ¿has pensado en matricularte en la UAN?
-Sí que lo había pensado, la verdad es que me gusta el ambiente universitario que se respira en este campus. Mucho más que en la Universidad Invisible -(principalmente porque no dejan entrar mujeres, por lo menos mujeres que se vean, Susan se las apañaba para atravesar paredes y hacerse invisible, a pesar de que el mago de la silla de al lado sentía frío y un miedo tremendo, pero se resisitía a averiguar porqué... habilidades de familia, ya se sabe).
-Lo sé, pero... ¿cómo es que ha venido sola? -El Dr. Eleder se dio cuenta de que estaba anocheciendo, y pensó en lo peor...- lo digo porque sabiendo lo ocupado que iba a estar, y más siendo época de exámenes, envié a un compañero a buscarte a la estación...
-¿Envió alguien a buscarme? no ví a nadie.
-Pues Zagar estaba allí esperando, puntual como un reloj para acompañarte al campus. No lo entiendo.
Mientras, en algún lugar de la estación de tren de Nueva Númenor...
-Oiga, que vamos a cerrar -dijo secamente un conserje miuentras barría los restos de papeles y vaciaba las papeleras de latas de orcocola vacías- ¿está seguro de que la persona que espera venía hoy?
-Sí, -contestó el muchacho que sostenía aún el cartel que rezaba "SUSAN STO HELIT"- no entiendo por donde ha podido irse sin que nos viéramos teniendo en cuenta que el tren desde Anhk Morpork para unicamente en esta vía.
Las habilidades genéticas son imprevisibles... o invisibles, en este caso.