La palabra del día es INDIGNACIÓN:
Cuanta movida y cuanta tonteria veo por ahí: que si fulanita es una guarra por esto, que si menganito es un desgraciado porque le ha hecho esto y esto otro a zutanita/o...
Estoy, y lo digo sin ánimo de ofender a nadie de los que me conoceis y leeis, hasta los mismísimos de oir chismes del vecino, al que seguramente conozco y del que no me hace ninguna gracia escuchar barbaridades, la mayoría por envidia o simplemente por gusto. Y es que poner verde a alguien ya no está motivado porque realmente haya hecho algo sino simplemente por ser quién es o hacer lo que hace. E incluso a veces por capricho. Meterse en la vida de los demás es una desagradable forma de llenar la propia cuando no hay motivaciones ni se es una persona plena.
¿Y? Yo hago lo que me da la gana y al que no le guste que no venga conmigo. Tengo muy claro que mientras lo que haga no sea inmoral o perjudicial para el prójimo pues nadie tiene porque hablar de mi como si hubiera cometido pecado mortal. Porqueprobablemente lo que le ocurra a ese criticon/a es uqe tenga jodida envidia de que yo no sea una reprimida ni una amargada. Yo no llamaré puta a ninguna tía solo porque se vaya con muchos tíos, simplemente porque lo que daría a entender es que tengo envidia porque no me como un colín. En cambio, si dicha muchacha me quita el mozo ya sería algo personal y no quiero pensar en como reaccionaría. (Probablemente mal, como lo harían la mayoria de las personas).
A eso me refiero. A que lo que oigo de determinadas personas me entristece y llega al límite de la ofensa, y más cuando yo sé perfectamente que no esta justificado el insulto pues la persona en cuestión no ha hecho ni siquiera amago de lo que se va diciendo por ahí. Me indigna que personas supuestamente adultas se escuden en la crítica destructiva para justificar lo que ellas no hacen.
Por favor, comportémonos como adultos que me parece que ya empezamos a tener edad, y yo lo siento pero no me relaciono con niños ni con personas mezquinas.
