domingo, julio 30, 2006

Moet Chandon con retraso

Sí, con retraso, casi de un mes. Y es que no he tenido tiempo apenas de actualizar y la crónica de las vacaciones en mi reino escondido iba a caducar.


Aparecí por Pamplona el día uno de julio a las 22:30 más o menos, en la cochambrosa (dentro de "poco" tendremos una nueva) estación de autobuses, bueno, fuera porque a esa hora está cerrada. El aire aún no olía a kalipocho y a meao y por las calles se podía andar sin tener que esperar como borregos a que se despeje el otro sentido en la acera para poder avanzar unos metros por las calles del centro, pero ojo ¡que San Fermín mola mil!

En serio, a pesar de los inconvenientes de que más de un millon de personas pasen durante una semana las fiestas en una ciudad para 250000 echaba de menos esas joías fiestas. Y es que la tierra tira, lo mires por donde lo mires tarde o temprano; a no ser que seas un desprendido o estés en el destino de tus sueños, rodeado de bellezas y/o bellezos y forrado de pasta hasta las orejas...

En mi caso como no es así al final la tierra tira. Pero aunque se me puso la piel de gallina no lloré ni cuando llegaba ni cuando me iba. Al fin y al cabo, mi vida en Pamplona no era para tanto (sin faltar a los que gratamente me acompañaron).

Pues eso, que llegué y allí estaba Angelita esperando, y nos fuimos a cenar Quoth, Fearincë, su sister, Angela y yo. Hhmmmmmmmmmm... Verooooona.

El domingo tras una seisón de cine en casa de Ángela acabamos saliendo de noche, tomando Moet Chandon en un bar muy chulo a las dos de la mañana, y el lunes estuve visitando a Cris, a Kiss y a la gente de mi barrio, ademas de tomar el cafe con Ukra y con Celeb... escuchando la terrorífica historia del zapato perdido...

Y el martes en Donosti, que como siempre sigue siendo mi ciudad encantada. Me supo a poco el tiempo que pasé, la pequeña llovizna que nos empapó al final de la tarde... echo de menos el norte, y mucho más, su mar. Qué bonito estaba, y me encantó la sensación del olor un poco picante del salitre, y el agua estaba fría... A ver cuando puedo volver.

El miércoles no dió para mucho más mi agenda del día, visité a mi tía Merche, merendé con ella y con el resto de mis tías a las que me alegré mucho de poder encontrar, ya que pensé que muchas de ellas no iban a estar por las fechas.

Tomé el té en casa de Jezabel, y luego em fui corriendo a la cena de mi cumpleaños, en la que estuve muy a gusto con la gente que más me apetecía ver en Pamplona aparte de mi familia! La noche se me hizo muy corta entre pinchos, cerveza y buena compañía, y al día siguiente tuve que ver el chupinazo en la tele porque no había forma de levantarme.

El día 6 también fue intenso: primero porque hacía años que no iba totalmente de blanco, y se notaba más que nunca que me había pasado comiendo... y además preparando la cena mexicana d ela noche, tras la que vimos los fuegos artificiales ¡desde San Jorge!

Salimos tarde esperando encontrarnos en la Plaza del Castillo con Fiondil, Quoth y Antonio y tras un ratito con ellos, me quedé con Laura (otra de las grandes sorpresas de las vacaciones) y con el resto de gente en el Krawill.

Casi casi al día siguiente se me hacía pesada la vuelta, tenía ganas de llegar a casa pero otra vez estaba triste. Y es que la tierra tira... aunque ya no se bien si es la tierra o lo que dejas en ella.

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